Falta de transparencia en grandes empresas y responsabilidad de las agencias calificadoras de riesgo
Estrategia$
Lunes, 21 de abril de 2025
En el sistema financiero global, las agencias calificadoras de riesgo son piezas fundamentales cuya influencia se extiende a decisiones de inversión que impactan directamente los ahorros y pensiones de millones de trabajadores. Sin embargo, sus prácticas han sido objeto de críticas severas, especialmente por omitir factores esenciales como los pasivos de corto y largo plazo. Esto plantea interrogantes sobre su objetividad y sobre si están cumpliendo o no con su misión de proporcionar evaluaciones financieras claras y honestas.
Recientemente, el caso de Petróleos Mexicanos (Pemex) es emblemático en este debate. La empresa ha enfrentado una creciente acumulación de pasivos de corto plazo, incluyendo deudas significativas con proveedores que se estima podrían alcanzar 1 billón de pesos. A pesar de ello, las calificadoras no han reflejado plenamente estos riesgos en sus evaluaciones, lo que ha dado lugar a cuestionamientos sobre su papel y su aparente complicidad en la perpetuación de una imagen distorsionada de la estabilidad financiera de la empresa paraestatal. Esta falta de transparencia no solo afecta la percepción del mercado, sino que también pone en peligro los intereses de los inversionistas y de los trabajadores cuyos ahorros dependen de decisiones basadas en dichas calificaciones.
En general, el impacto de las omisiones metodológicas de las calificadoras se extiende a los fondos de pensión, que manejan los ahorros de millones de personas alrededor del mundo. Estas instituciones frecuentemente toman decisiones de inversión basadas en las calificaciones otorgadas por las agencias, confiando en que reflejan una evaluación integral de los riesgos. Sin embargo, cuando estas evaluaciones excluyen pasivos significativos, como son las obligaciones de jubilaciones y pensiones no fondeadas o pasivos con proveedores, los trabajadores quedan expuestos a riesgos innecesarios. La situación se agrava en tiempos de incertidumbre económica global, como las crisis financieras provocadas por conflictos comerciales o por fallas regulatorias, donde estas omisiones podrían amplificar los daños.
Para abordar estos problemas, es necesario un cambio estructural que incluya una revisión de las regulaciones aplicables a las calificadoras y un avance hacia un consenso internacional. Las regulaciones deberían obligar a las calificadoras a considerar todos los pasivos de corto y largo plazo en sus análisis, garantizando que sus evaluaciones reflejen una imagen completa y precisa de la salud financiera de las entidades. Ejemplos como los **Acuerdos de Basilea**, diseñados para establecer estándares regulatorios en el sector bancario, podrían servir como modelo para las calificadoras, promoviendo la cooperación internacional y la transparencia.
Sin embargo, implementar estos cambios enfrenta obstáculos significativos, especialmente la resistencia de algunos países desarrollados con sistemas financieros dominantes. Estos gobiernos, influenciados por intereses corporativos, suelen argumentar que regulaciones más estrictas podrían limitar la competitividad de sus mercados financieros. Esta postura contrasta con la de los países más perjudicados por las crisis, que apoyan firmemente la creación de estándares internacionales que protejan a los ahorradores y promuevan la estabilidad económica global.
La pregunta fundamental sigue siendo quiénes deben ser los principales beneficiarios de las calificaciones: los inversionistas en los mercados bursátiles o los clientes que pagan por ellas. La respuesta debería ser clara: las calificadoras tienen una responsabilidad fiduciaria hacia la sociedad en su conjunto, especialmente hacia los trabajadores cuyos ahorros y pensiones están directamente influenciados por sus evaluaciones. En un mundo cada vez más interconectado, la transparencia y la responsabilidad no solo son exigencias éticas, sino también imperativos para garantizar la confianza y estabilidad del sistema financiero global.